Mariano L. Guida

BIOGRAFÍA

Mariano L. Guida, de nombre real Mariano López (Rosario, Santa Fe, 28 de Agosto de 1991), es un ingeniero y escritor argentino de literatura fantástica y suspenso.

Comenzó a escribir cuentos cortos de pequeño, cuando vivía en el Chaco, que luego le regalaba a su abuela. Al mudarse a Mendoza, empezó a trabajar en la que sería su primera novela, que terminaría auto publicando y presentando en la Feria del Libro de Mendoza del 2017 y que definiría el universo fantástico en el que transcurrirían todas sus historias de fantasía épica. A partir de entonces, comenzó a desarrollar temáticas dentro del suspenso y el terror, basadas en vivencias personales, que autopublicó en plataformas literarias.

Desde el año 2020, reside en Barcelona, Cataluña, España.


PREMIOS Y DISTINCIONES


  • Ganador del concurso Selección de cuentos de Editorial Dunken, en el año 2020, con El espejo maldito.
  • 1° premio del certamen Micro nave de Sweek, en el año 2019, con Una nave espacial (la antología que lo incluiría no llegó a publicarse).
  • Finalista del concurso Sweek stars 2018 de Sweek, en el año 2019, en la categoría de Novela con La caldera.
  • Finalista del concurso Sweek stars 2018 de Sweek, en el año 2019, en la categoría de Relato con El éxtasis del dolor.

LIBROS FAVORITOS


  • Harry Potter y el prisionero de Azkabán, de J. K. Rowling.

El tercer libro de Harry es un punto crucial en mi vida, ya que es el inicio de mi faceta de lector. Tengo que admitir que no soy un sangre pura, ya que vi las 2 primeras películas antes de empezar a leer la saga, aunque nadie lo nota.

Este libro fue un regalo de mi vieja y se convirtió en mi primer lectura voluntaria. Al terminarlo, pasé de ser un niño, que no había leído ni un cuento en su vida, a un monstruo capaz de devorarse un libro de Harry en días.

Mi vida había dado un giro y ya no volvería a ser la misma. Creo que en el fondo ya lo sabía, porque desde entonces comencé a soñar con la idea de crear una obra de arte como la que tenía entre mis manos.

  • La chica del tren, de Paula Hawkins.

Sí, Harry fue el inicio de todo, pero me estanqué. A pesar de haberme convertido en lector, también me había transformado en un esclavo de las mágicas palabras de J. K. Rowling: ningún otro libro me terminaba de convencer, o al menos me había encaprichado con esa idea.

La chica del tren fue un regalo de Rocio (mi no-novia, en ese momento) y, al igual que Harry, fue un antes y un después en mi vida: logró romper la pared que yo había construido entre J. K. Rowling y el resto de los autores.

Gracias a esta novela de Paula descubrí, además, que me gustaban otros géneros más allá de la fantasía, y empecé a obsesionarme poco a poco con la novela negra.

  • El hipnotista, de Lars Kepler.

Este libro no fue tan importante en mi vida como los otros dos, pero se convirtió en uno de mis favoritos. ¿Por qué? Simplemente porque no puedo enumerar ningún aspecto que no me haya gustado.

Sí, esta novela me fascinó de principio a fin, y me obsesionó como lo solían hacer aquellos libros de San Potter (salvando la diferencia entre las emociones tan diferentes que producen ambos géneros). Lars Kepler me sorprendió con una historia tan bien armada como las jugadas que construían los genios de Iniesta y Pirlo.

Por fin, después de muchas lecturas, pude sentir esa necesidad de tener que leer sí o sí otro libro del autor, y por eso esta novela es un gran ejemplo de la calidad con la que me gustaría escribir.